Según un estudio publicado por varios científicos un 80% del suministro global de agua está en peligro. No solo los humanos podremos tener graves problemas con esta situación, sino que también está en riesgo un número incalculable de especies animales, poniendo en riesgo la biodiversidad de los ríos y lagos mundiales.

Las zonas en que se puede avecinar un desastre ecológico por causa del agua y que están en mayor peligro son toda la Europa, India, el este de China, el sur de México y los Estados Unidos.

Afortunadamente los expertos dicen que hay esperanza para poder cambiar esta situación dramática y así asegurar el suministro de agua para las ciudades, granjas, industrias, producción de energía, ecosistemas y hábitats naturales. El secreto es ‘trabajar con la naturaleza’.

Según Peter McIntyre, zoólogo en la Universidad de Wisconsin, EEUU, los humanos, como sociedad global no estamos tratando los suministros de agua con el debido respeto. Los ríos, pantanos y lagos del mundo, y todo lo que depende de ellos están en peligro debido a varios factores. Entre estos se destacan el sobreuso del agua, la polución, la introducción de especies exóticas y la sobrepesca. El estudio, publicado en la revista Nature, hace hincapié en estos factores entre dos docenas más, y ha sido el primero en mostrar un mapa detallado de las amenazas en el suministro del agua tanto para los humanos como para la naturaleza.

Para poder eliminar estas amenazas existen soluciones encima de la mesa, pero los gobiernos y las personas a nivel individual tendrán que hacer un esfuerzo para que esto pueda pasar. Para restaurar los ríos tenemos que desechar la idea de que se puede tirar cemento y tuberías en los ríos para ‘arreglar’ lo que ya casi no tiene arreglo. Según Charles Vörösmarty, investigador del agua en el City Collegeof New York, EEUU, el problema empezó hace siglos cuando los humanos decidimos residir en deltas y márgenes de los ríos. Debemos dejar más espacio para que los ríos puedan fluir libremente y dejar de forzar sus cursos naturales con presas, carreteras o edificios.

Algunos países desarrollados han hecho esfuerzos en este sentido, pero con escasos resultados. Es necesario invertir más y mejor para que las estrategias funcionen. Es posible recuperar nuestros ríos y suministros de agua casi en su totalidad, pero somos nosotros, una vez más, quienes tenemos que pensar que todavía estamos a tiempo y que hay que hacer un esfuerzo global para que un día no nos quedemos sin este indispensable recurso natural.